domingo, 24 de abril de 2011

PASCUAS: TIEMPO DE ESPERANZA Y LIBERACIÓN

La Pascua cristiana

Ascensión de Jesús. Obra pictórica de Giotto
Hoy, domingo 24 de abril, concluye la Semana Santa. Desde el Domingo de Ramos los católicos de todo el mundo han estado evocando la pasión y la muerte de Jesús, y hoy conmemoran su Resurrección.

Es quizás una de las celebraciones más importantes del catolicismo pues Cristo, cumpliendo su palabra, triunfa sobre la muerte y trae el mensaje que ésta puede ser derrotada, al igual que el pecado.

En el Domingo de Pascua se enciende un gran cirio, el Cirio Pascual, que representa la luz de Cristo resucitado. El mismo estará encendido hasta el Día de la Ascensión -cuarenta días después- cuando se celebrará, justamente, la ascensión de Jesucristo al cielo luego de anunciar a sus discípulos que les enviaría el Espíritu Santo.


Toda esta conmemoración llena a los católicos de una gran esperanza, la de saberse acompañados por Jesús, que sigue vivo y junto a sus fieles, a quienes anima a seguir por el camino de la fe.

El Domingo de Pascua es celebrado por una tradición que ya lleva varios siglos, la de regalar huevos de chocolate como símbolo de esperanza y renacimiento.



La Pascua judía o pésaj

La comunidad judía también está de fiesta: hoy celebran su pésaj o Pascua.

El matzá es un alimento importante en la Pascua judía
La conmemoración no se relaciona con la Resurrección de Cristo, sino con haber logrado escapar del cautiverio en el que se encontraban, en el antiguo Egipto, aproximadamente en el año 1250 a.C. Según los libros sagrados, Dios ordenó al profeta Moisés liberar al pueblo hebreo organizando un éxodo hacia la tierra prometida, en el actual Israel.

Una tradición de la Pascua judía es comer un pan llamado matzá, durante ocho días. Se trata de un alimento sin levadura que recuerda el que tuvieron que comer los hebreos luego de la salida de Egipto. Como no habían tenido oportunidad de hornear sus panes pues habían partido al éxodo de manera apresurada, los judíos guiados por Moisés cocinaron una masa de harina y agua al sol, lo que dio por resultado una especie de galleta delgada. El matzá, entonces, hace reflexionar a los judíos sobre aquellos tiempos de opresión y sacrificio y los induce a no abusar nunca del poder, a velar por el prójimo y a ayudar a los necesitados.

Si bien lo que se conmemora en la Pascua cristiana y el pésaj son distintos hechos históricos, ambas fiestas están unidas por una idea principal, la de la esperanza y la liberación.




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