miércoles, 4 de mayo de 2011

ARQUÍMEDES, EL QUE NO CONOCÍA EL ABURRIMIENTO

Hoy, durante la clase de Ciencias Naturales y mientras les explicaba que la materia es impenetrable, y que tiene masa y volumen, les dibujé en el pizarrón un recipiente repleto de agua en el que se introducía una mano o cualquier objeto. Con eso ustedes comprendieron (o al menos eso me dijeron) que el volumen del agua que sale del recipiente es igual al volumen del cuerpo introducido. Pues bien, ¿para qué escribo esta entrada, entonces? Para ampliar la explicación, para que ustedes aprendan un poco más y para contarles que este principio de la física en realidad no fue revelado por el profe Horacio, sino por Arquímedes.

¿Y quién es Arquímedes?, se preguntarán ustedes. Bueno, les cuento una breve historia y después pasamos a un experimento interactivo.

Arquímedes fue un notable científico que nació en la actual ciudad italiana de Siracusa, en la isla de Sicilia, más de doscientos años antes del nacimiento de Jesús de Nazaret.

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«Arquímedes pensativo». Domenico Fetti  (1620)





La pintura que ven aquí arriba (imagen extraída de la Wikipedia) es una preciosa obra del pintor romano Fetti. En 1620 este artista imaginó a este famoso siracusano profundamente concentrado y con dos textos al alcance de su mano. No obstante, cuando vivía Arquímedes aún faltaban unos mil años para que el hombre inventara los libros.

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En una época donde no existía el papel (sólo se escribía en papiros o sobre pergaminos; es decir, sobre cueros) y en la que había que esperar más de 2.000 años para que aparecieran las calculadoras y las computadoras, este buen hombre no tuvo impedimentos para divertirse pensando y reflexionando sobre las más diversas cuestiones de la naturaleza. Fue matemático, físico, químico, ingeniero y astrónomo. O sea, un genio. Y hasta se dio el gusto de inventar máquinas para levantar objetos pesados, especialmente para la construcción de grandes embarcaciones. Vale decir, un hombre al que le resultaba muy difícil aburrirse (este último comentario va con onda. Tomen nota los que me dicen que se aburren con la PlayStation 3).
Como les decía al principio, don Arquímedes notó que si sumergías un cuerpo con un volumen x en un recipiente con agua, el volumen de agua que se desplaza también sería igual a x.

Y ahora vamos a lo que me interesa.

Un poco más abajo encontrarán el enlace a un espléndido sitio web creado por Mariano Gaite Cuesta donde podrán hacer una interesantísima experiencia interactiva.

Para ello, recuerden lo enseñado por la prof. Fanny y lo que repasamos en mi clase:

Masa: cantidad de materia que tiene un cuerpo.

Volumen: es el espacio que ocupa un cuerpo.

Ahora, sí. Ustedes deberán realizar lo siguiente ni bien ingresen al sitio del enlace:

  1. Leer con suma atención la introducción titulada «Arquímedes y la corona de Hierón».
  2. Tomar la corona y la pieza de oro y realizar las experiencias como ahí se indican.
  3. Aplicando lo estudiado en clase más lo aprendido en esta experiencia interactiva, responder las preguntas 1 a 5. Atención: las actividades 1 a 4 admiten sólo una respuesta válida. La 5, en cambio, requiere de más de una respuesta.
  4. Una vez que hayan concluido presionan el botón «Calificación» y se fijan qué puntaje han obtenido.
  5. Por último, me comunican cómo les fue a través de un comentario en el blog o en clase. Si necesitan ayuda, recuerden que me pueden contactar por correo electrónico.

    Seguro que, además de aprender un poco más, se van a divertir.

    ¿Listos para comenzar? ¿Sí?... Bueno, entonces hagan clic aquí.

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    2 comentarios:

    A las 30 jun 2011, 12:08:00 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    ese no es aristarco?

     
    A las 30 jun 2011, 16:47:00 , Blogger Prof. Horacio ha dicho...

    Estimado Anónimo:

    Gracias por pasar por el blog.

    Hasta donde sé y he releído, el relato de la corona de Hierón lo tiene a Arquímedes como protagonista. Fue él quien formuló su famoso principio.

    Aristarco fue contemporáneo de este último, pero se abocó más al estudio y cálculo de las distancias que separan la Tierra y la Luna, del Sol.

    Saludos cordiales.

     

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