En un 11 de septiembre como hoy, hace once años, los docentes de mi país festejaban su día. Hasta aquí, nada nuevo. La mañana transcurría normalmente, cada uno en sus hogares, descansando o aprovechando la jornada para hacer lo que en ocasiones se posterga por el intenso trabajo escolar.
Sin embargo, alrededor de las 9 de la mañana, los argentinos quedamos sumidos en un estupor absoluto: en Nueva York, un avión de línea se había estrellado contra una de las torres del Centro Mundial de Comercio, presuntamente de manera intencional. Y mientras el mundo se paralizaba frente a los televisores, vimos, ahora sí en vivo y en directo, un segundo choque: otro avión comercial daba de lleno en la torre vecina, una gemela de 110 pisos. En pocos segundos, miles de vidas se extinguieron. En pocos segundos el mundo dejó de ser lo que era. El horror, ahora inconmensurable, se adueñaba no sólo de los estadounidenses sino de cada ser humano.
Probablemente, si por aquellos instantes hubiésemos sido observados por un ser de otro planeta, conocedor de nuestra historia, ese ser hubiera llegado a la conclusión que el hombre, en los albores del siglo XXI, poco había cambiado en los últimos 5.000 años.
¡Cuántos desafíos debe aún resolver la humanidad! Que el hombre esté dividido por sus creencias políticas y religiosas, por preferencias sexuales, o por simpatías variadas me parece de lo más natural. Lo que resulta incomprensible es que aún no haya aprendido a convivir en paz y a solucionar sus diferencias a través de un diálogo desprovisto de mezquindades y miserias.
Esta fecha nos recuerda a los docentes, que tenemos que seguir cimentando en nuestras aulas el amor, la comprensión, la aceptación del otro como ser distinto, como ser que me diferencia... y también la compasión, un valor esencial en toda creencia religiosa aunque, creo yo, poco tenida en cuenta. Al fin y al cabo, si los responsables de los 3.000 muertos de aquel fatídico 11 de septiembre hubieran conocido este valor humano, ¿se hubiesen atrevido a provocar una tragedia tan atroz?
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